Libro nos demuestra que la negación del reconocimiento personal es una forma de autodestrucción, mostrando que la visión que tenemos de nosotros mismos es un factor determinante de nuestra salud mental e incluso física; además la sociedad donde vivimos nos ha enseñado a predicar el amor hacia los demás y condena el amor propio, olvidando que el requisito para querer a otra persona es querernos nosotros primero.
El libro nos da unas bases para comenzar a apreciarnos más de una manera sana y realista. Además de mostrarnos el YO triunfador que hay en cada uno y la manera de tener una vida plena y feliz, también nos enseña a querernos y a cuidarnos. Desde pequeños se nos frena por supuestas virtudes como el ahorro, la ambición, la modestia el autocastigo, la autocrítica, el autocontrol, etc.
Ni la familia, ni los colegios, ni los preescolares con todo su modernismo, han considerado la posibilidad de enseñar a quererse a sí mismo como uno de los principales objetivos de formación.
Tomar conciencia de que existes, eres importante y tienes derecho a pensar en ti por sobre todas las cosas, te coloca en un lugar de privilegio.
Existen cuatro dimensiones que nos enseñan actitudes del ser humano, son estas:
-Dimensión psicológica: se centra en la mente, y recoge la idea de la persona como ser dirigido a metas y dotado de un conjunto de procesos que le permiten guiar su conducta creativa y armónicamente en el contexto cambiante donde se dan las diversas situaciones en que participa.
-Dimensión socio-cultural: Esto consiste en la
interacción recíproca entre dos o más personas. Involucra los siguientes
aspectos: la habilidad para comunicarse efectivamente, el escuchar, la solución
de conflictos y la expresión auténtica de la persona.
-Dimensión moral: es aquella que se refiere a los valores que sustenta y a las creencias que tiene respecto de lo que considera malo o bueno, justo o injusto, correcto o incorrecto.
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